27 de septiembre de 2022

Ventajas del teletrabajo: ¿son las mismas que en un trabajo presencial?

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Debido a los acontecimientos de los últimos años, muchas empresas han decidido cambiar por completo su modelo de trabajo para apostar por algo mucho más flexible, seguro y hasta cómodo para sus trabajadores. De golpe y porrazo, los hogares se han convertido en pequeñas oficinas para muchos empleados y el teletrabajo ha pasado de ser una rareza a algo común. Ahora tenemos un mundo laboral en el que se habla de modelos híbridos que combinan el trabajo en remoto con el presencial, como también de profesionales que ya no quieren volver a las oficinas.

¿Por qué los trabajadores no quieren volver al modelo presencial? Se ha demostrado que la productividad es igual o incluso mayor cuando un equipo pasa a trabajar en remoto, ya que hay herramientas de sobra para que no haya problemas de comunicación, ni tampoco de coordinación. Sin embargo, lo más atractivo para los empleados es, precisamente, el cúmulo de ventajas que tiene el teletrabajo frente al modelo presencial.

Las principales ventajas del teletrabajo

Vamos a ver a continuación cuáles son las principales ventajas del teletrabajo frente al trabajo presencial. Dada su naturaleza, es fácil detectar cuáles son sus principales fortalezas tanto para el trabajador como para el empresario. Aunque hay letra pequeña, de la que hablaremos más adelante.

Mayor conciliación

Es mucho más fácil conciliar la parte laboral con la personal de nuestras vidas. Los trabajadores pierden menos tiempo en desplazamientos, lo que les permite pasar más tiempo con familia y/o amigos, o disfrutar de sus pasatiempos, o incluso llevar a cabo tareas domésticas. Con el teletrabajo, se abre todo un mundo de posibilidades para disfrutar más de la vida que hay fuera del trabajo. Cosa que también conviene a la empresa, ya que así puede tener al personal mucho más satisfecho y contento.

Flexibilidad horaria

Muchos negocios han apostado al 100% por el teletrabajo, lo que implica también facilitar flexibilidad de horarios a los trabajadores. No es necesario establecer unas 8 horas inamovibles a cada jornada, de hecho, la flexibilidad que permite el teletrabajo hace que sea posible estructurar la jornada laboral de forma distinta a lo habitual, permitiendo adecuarse mejor a las necesidades de cada empleado. Sí es cierto que hace falta que haya tramos horarios en común en caso de que haya equipos que deban colaborar en algún proyecto, pero, por lo general, hay muchas más opciones para escoger diferentes tramos horarios en los que trabajar. Cosa que, con el modelo tradicional, es inviable por los horarios de oficina.

Reducción de gastos

Para el trabajador, el trabajo en remoto le permite ahorrar los gastos habituales que suele haber en materia de desplazamiento hasta el centro de trabajo, como también las comidas fuera de casa. Bien es cierto que, al trabajar en el hogar, surgen otros gastos adicionales como el consumo eléctrico extra o incluso la renovación del equipo para trabajar. No obstante, muchas empresas dotan a sus trabajadores de todo el equipamiento que necesiten para desarrollar su actividad profesional en casa, por lo que esto no supone un gasto real. Al final, se consigue ahorrar más.

Mejora de la productividad

Evitar los atascos, no tener que correr en busca del bús o para no perder el metro… Estas situaciones que, por lo general, causan tensión, desaparecen con el teletrabajo. Esto permite al trabajador concentrarse más en su labor, lo que garantiza un aumento de la productividad. De hecho, dado que el personal estará más satisfecho y contento gracias a esta nueva flexibilidad, es habitual que el rendimiento de la empresa aumente en general. Todos salen ganando.

 No todo es positivo para el teletrabajo

Aunque es un modelo rompedor y que ha llegado para quedarse, también implica cambios. Para empezar, los trabajadores que se acogen a este modelo no pueden contar con las mismas ayudas y prestaciones que los trabajadores presenciales. De hecho, no pueden obtener ayudas para el transporte, dado que este no es necesario para acudir a su lugar de trabajo. En el caso del modelo híbrido sí hay hueco para esto, al igual que para dietas en caso de que la empresa ofreciera estas compensaciones. Pero, si el modelo es completamente remoto, queda automáticamente descartado.

Tampoco hay que dejar atrás el aumento del coste de la luz. Un equipo informático no es una gran fuente de consumo eléctrico, pero su actividad constante, combinada con los disparados precios de la luz, sí pueden dejar huella en la factura energética a final de mes y, por el momento, no hay nada establecido para hacer que las empresas cubran este sobrecoste que repercute en la economía del trabajador.

Eso no significa que se tenga que renunciar a todas estas retribuciones y ayudas tan tradicionales. Algunas empresas tienen acuerdo con entidades como Edenred que permiten tener acceso a cheques de comida pensados para teletrabajadores, al igual que a tickets de guardería para los niños o incluso a sacar partido a la retribución flexible. Hay límites, por supuesto, pero las empresas poco a poco se están abriendo más a brindar ayudas a sus trabajadores en remoto. Ayudas que, desde luego, son necesarias para conseguir un clima de trabajo agradable.

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Edenred España

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