Aunque las tareas del día a día suelen mantener al empleado ocupado en todo momento, en ocasiones es normal que se estrechen lazos afectivos entre trabajadores. De hecho, según un estudio realizado en 2020 por la Sociedad de Gestión de Recursos Humanos de Estados Unidos, el 19% de los empleados tenía una relación amorosa en el trabajo.
Por otro lado, Adecco Colombia realizó una encuesta a 556 trabajadores de los cuales, el 56% confesó haber sentido atracción física en el trabajo por alguno de sus compañeros. ¡Lógico! Al fin y al cabo el trabajo es donde uno dedica más horas de su día. En Edenred España también hemos querido preguntar a nuestros usuarios qué opinan de mezclar amor y trabajo, y nos han devuelto sus valoraciones. Más del 50% creen que es una mezcla explosiva, porque consideran que puede generar conflictos dentro de la empresa.
Sin embargo, todavía hoy en día hablar de relaciones de amor en el trabajo sigue siendo un tabú ¿Se deben por ello prevenir? ¡Esto sería imposible! Pero lo que sí se puede, dado que son algo natural e inevitable, es advertir acerca de los problemas que puedan derivar de las mismas y tomar algunas medidas para que lo personal no afecte a lo profesional.
Mantener relaciones amorosas en el trabajo puede también tener sus beneficios, como un mayor cumplimiento del horario laboral por parte de la pareja, una mayor involucración con la empresa así como un apoyo extra frente a cualquier vicisitud…
No obstante, suelen acarrear más desventajas que ventajas. Aquí te nombramos algunas de ellas:
Puede ocurrir que en las discusiones se mezcle lo personal con lo profesional y que un proyecto ambicioso se vea afectado por conflictos innecesarios.
Respecto a la conciliación laboral y familiar, es posible que los dos implicados no tengan vacaciones ni horarios similares, por lo que tendrán más dificultad para pasar tiempo juntos.
Por otro lado, si alguien de la pareja tiene algún problema con otro empleado, puede que la otra persona inconscientemente desarrolle cierto desapego hacia ese trabajador.
Velando por el bien de la organización y sin ánimo de prohibir a los empleados que den rienda suelta a sus emociones, es interesante tener en cuenta algunas medidas que pueden ayudar a mantener la productividad y el buen ambiente en la empresa.
Puesto que no podemos luchar contra los sentimientos, debemos comprender las relaciones amorosas en el trabajo como algo natural y llevarlo con la máxima transparencia. Tener una filosofía muy estricta en este sentido puede llevar a que los empleados lleven las relaciones en secreto, lo cual con toda seguridad, daría lugar a rumores y cotilleos.
Aunque en ocasiones las relaciones amorosas en el trabajo saquen lo mejor de la pareja, es necesario asignar tareas que permitan a los dos individuos desarrollar sus aptitudes por separado. Si ambos se embarcan en un proyecto y surgen problemas personales, el resultado final del trabajo puede verse perjudicado y afectar al resto del equipo.
Por ello, en la medida de lo posible, se puede tratar de conversar por separado con los individuos y preguntarles de manera respetuosa en qué ámbito prefieren trabajar o dónde creen que podrían destacar más para asignar a cada uno tareas distintas.
En este sentido sí que es importante poner límites y no permitir que se produzcan discusiones personales durante la jornada laboral. Si, por el contrario, se trata de una discusión laboral entre miembros de una pareja, puede ser práctica la figura de un mediador que aborde el tema por separado con cada uno de los implicados hasta alcanzar un acuerdo. Además, este mediador podría ayudar a que, en caso de ruptura, la relación siguiese siendo lo más cordial posible.
Aunque es bueno que exista transparencia, si la pareja decide contar a sus superiores que está manteniendo una relación amorosa, el responsable deberá ser prudente y no compartilo con el resto de empleados, para respetar así la privacidad de los dos individuos, si así se lo piden. De lo contrario, las personas podrían cambiar su actitud o su modo de actuar con ellos.
Cuando tienen lugar relaciones amorosas en el trabajo entre un jefe o un superior y un empleado en un puesto inferior, puede darse que el trato sea distinto al resto de empleados. Por ejemplo, puede que el superior sea menos exigente o que lo sea demasiado para intentar mostrar parcialidad. Por eso es necesario señalar esas situaciones para evitar que se produzcan.
Aunque una relación sentimental puede suponer retos en el entorno laboral, con estas medidas es posible mantener la productividad a raya y un clima de trabajo saludable y productivo. ¿Qué opinas? ¿Has tenido alguna vez un problema en tu empresa derivado de una relación de pareja?