Compaginar la vida laboral y familiar es una prioridad para la mayor parte de los empleados de una empresa, pero sobre todo para aquellos que tienen hijos. Hoy en día las empresas son cada vez más flexibles a la hora de confeccionar horarios y condiciones laborales que permitan llevar a cabo esta conciliación. No obstante en España aún estamos lejos de otros países europeos en políticas de conciliación y todavía el 80% de los empleados afirma tener problemas para conciliar trabajo y familia.
Reducir el absentismo, impulsar la productividad o retener el talento son algunas de las metas que los empresarios se plantean con las políticas orientadas a mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar. Además de que las empresas implanten estas políticas, existe otro elemento que permite mejorar la conciliación laboral y familiar: la implementación de determinadas acciones o beneficios sociales. Es el caso por ejemplo de facilitar que los hijos de los empleados tengan acceso a una guardería que se adapte a sus necesidades y preferencias.
En este sentido, soluciones como Ticket Guardería permite a los empleados disponer de un plus que pueden destinar al pago de la guardería de sus hijos, lo que contribuye a mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar, al mismo tiempo que reduce el gasto que tienen que destinar a este tipo de servicio.
Las empresas tienen la responsabilidad de facilitar a sus trabajadores la posibilidad de compaginar trabajo y familia. Además, ser una empresa socialmente responsable conlleva importantes beneficios:
Para que una empresa pueda favorecer la conciliación de sus empleados deberá:
La modificación y adaptación de horarios es la primera acción que debemos tomar para facilitar la conciliación laboral y familiar. La instauración de la jornada intensiva o el teletrabajo son dos herramientas efectivas que pueden llegar a resolver este problema ya que permiten distribuir el tiempo de manera más efectiva.
Otra posibilidad es adelantar el horario de entrada y reducir el tiempo de comida, o implementar una política de horarios flexibles teniendo en cuenta las horas de entrada y salida de los colegios para poder facilitar a los padres una correcta atención de su familia.
Para ello es necesario un cambio en la cultura empresarial, como por ejemplo no fijando reuniones fuera del horario laboral y respetando la vida familiar de todos los empleados.
El teletrabajo está a la orden del día y sobre todo después de la pandemia provocada por el COVID19, siendo una modalidad cada vez más utilizada en nuestro país. Dar libertad, no sólo de horarios sino de localización, es esencial para la conciliación laboral y familiar. Por ello, debemos otorgar más importancia a los resultados obtenidos por nuestros empleados que a los horarios rígidos de permanencia en el puesto de trabajo.
Una empresa familiarmente responsable debe ofrecer otro tipo de soluciones complementarias a las citadas anteriormente a la hora de facilitar el cuidado de la familia de sus trabajadores.
Una opción por ejemplo es ofrecer facilidades de contratación sobre escuelas infantiles así como dar soporte a los empleados para sufragar los gastos derivados de ello. Este apoyo podría formar parte de un plan de remuneración flexible del empleado, como es el caso de Ticket Guardería de Edenred, que además les permite beneficiarse de importantes ventajas fiscales.
Existen algunos aspectos de las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar que, aunque deberían suponer mejoras en las condiciones laborales del trabajador, terminan teniendo el resultado opuesto. Un análisis detallado de cuáles son las barreras profesionales que impiden realizar con éxito la conciliación de la vida laboral y familiar de los empleados permite abordarlas de forma más efectiva.
Entre las barreras que con mayor frecuencia experimentan los empleados a la hora de conciliar se encuentran las siguientes:
Cuando no queda claro el número de horas que se espera que los empleados trabajen, o el rendimiento previsto dentro del horario de trabajo, comienzan los problemas.
Tradicionalmente, la cultura de muchas organizaciones identifica largas horas de trabajo como señal de compromiso, productividad y motivación para el progreso. Pero está más que comprobado que en la práctica, la permanencia no es equivalente de un mayor rendimiento. Por este motivo la productividad debe ser considerada como prioridad número uno, y muy por delante de la presencia física en el puesto de trabajo o la disponibilidad.
De los gerentes y líderes depende motivar o desalentar los esfuerzos de los empleados para alcanzar el equilibrio entre vida familiar y laboral. Cuando los empleados perciben este apoyo, tienen más probabilidades de aceptar los cambios. Mientras que si perciben señales negativas asumirán que la aceptación de las nuevas condiciones flexibles podrá terminar suponiendo un perjuicio para ellos y la organización en conjunto.
Es indispensable que la comunicación entre los superiores y los subordinados sea fluida y clara, ya que facilita la implementación de las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar y, además, facilita también su flexibilización. Esto permite que estas políticas sean más efectivas al poder adaptarse mejor a las necesidades reales de los empleados.
Otra importante barrera para la conciliación es el temor a consecuencias profesionales. Porque aunque la empresa disponga de políticas de conciliación, éstas solo se llevarán a cabo en el caso de que el empleado se sienta libre de recurrir a ellas sin repercusiones desfavorables para sus perspectivas de carrera profesional.
Según recientes estudios, en Europa uno de cada cinco trabajadores no está satisfecho con las posibilidades de conciliación de la vida laboral y familiar que están a su alcance. Sin embargo, nuestro país se sitúa entre las naciones de la UE que garantizan un mayor equilibro laboral-personal, con 8,8 puntos sobre 10, lo que nos sitúa por delante de otros países europeos como Francia (7.7), Alemania (8.1), Portugal (7.7) o Noruega (8.2).
El número de horas que una persona trabaja es uno de los puntos a considerar a la hora de lograr una conciliación efectiva. Y, aunque la proporción de empleados que trabajan 50 horas o más a la semana no es muy elevada en los países de la OCDE, situándose en un 13%, en nuestro país estas largas jornadas son aún menos representativas, puesto que sólo afectan al 6% de la población activa.
Es evidente que, a más horas dedicadas al ejercicio profesional, menos tiempo queda disponible para el descanso y el ocio. Tal y como apunta la OCDE, “la cantidad y la calidad del tiempo libre son importantes para el bienestar general de las personas y pueden generar beneficios adicionales para la salud física y mental”. Por suerte, en España, quedan de media 15.9 horas diarias para dedicar a la vida social, el sueño y el cuidado personal, 0.9 más que el promedio de la Unión Europea.
Mantener el equilibrio entre la esfera profesional y la personal no sólo es importante para la salud personal y las relaciones, sino que también puede mejorar la eficiencia en el trabajo e impulsar el rendimiento laboral.
Al mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar se consigue:
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