Son muchas las maneras en que las compañías buscan motivar a sus empleados para conseguir que sean más eficientes y productivos. De hecho, más allá de la motivación que procede de fuentes externas, no se debe de perder de vista la motivación que tiene su origen en la propia persona, ya que puede llegar a ser incluso mucho más potente que las motivaciones externas y, además, un elemento clave para lograr alcanzar los objetivos propuestos, ya sea en el terreno laboral o en el personal. Este tipo de motivación se denomina automotivación, y cada vez está más presente en todos los ámbitos empresariales y formativos.
La automotivación es la capacidad y práctica de que una persona se motive a sí misma para conseguir los objetivos que se ha propuesto. La principal característica de la motivación es que el emisor y receptor de la motivación es la misma persona, lo que presenta ciertas particularidades que hacen que sea importante aprender a trabajarla correctamente para conseguir aprovechar todos sus beneficios y ventajas.
Los beneficios de la automotivación son similares a los que se pueden obtener en cualquier ejercicio o formación de motivación general. Sin embargo, en el caso de la automotivación, además cabe destacar dos beneficios más que se unen a los generales de cualquier taller de motivación:
Sin embargo, realizar un buen trabajo de automotivación es más complicado de lo que puede parecer en un principio. Hay que tener en cuenta que, al carecer de un coach profesional, esto también presenta una serie de desventajas respecto a la motivación tradicional, por lo que es importante que la persona que aspire a aplicar la automotivación en su jornada diaria cuente con una serie de herramientas que le ayuden a aplicarla con éxito.
La motivación de los trabajadores es fundamental para que sean productivos. Un empleado desmotivado es mucho menos eficiente a la hora de trabajar, por lo que afectará negativamente a la empresa.
En este sentido, es fundamental tener en cuenta las condiciones laborales de los empleados, ya que, en muchos casos, constituyen uno de los elementos principales que determinan la motivación o no que los trabajadores manifiestan en sus puestos laborales. En este sentido, contar con un buen salario, así como con unas condiciones que permitan conciliar la vida la laboral y familiar, así como con un conjunto de beneficios sociales ventajosos, son algunas formas con las que las empresas pueden mejorar la motivación de sus trabajadores sin necesidad de realizar grandes y costosas inversiones.