El pago en especie es una práctica cada vez más extendida entre las empresas de nuestro país, pero a pesar de ello, los pagos en especie son un método de retribución desconocido por la mayoría de los trabajadores. El pago en especie incluye como medios de pago valores como bienes y servicios y su finalidad es la de cancelar los trabajos y servicios prestados por terceros.
El empleador, previo acuerdo con su empleado, cancela una parte de su remuneración en dinero y la otra con bienes o con un servicio de utilidad para el trabajador, tanto estos bienes como estos servicios se consideran “especies”.
Este tipo de pago conlleva ventajas y desventajas tanto para el empleador como para el empleado y es cada día más popular, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas.
Un pago en especie, también denominado retribución flexible, es una forma de que la empresa pague y de que el trabajador cobre mediante bienes o servicios ofrecidos por la empresa y que el trabajador puede disfrutar sin coste para él o a un precio bajo respecto al de mercado. En otras palabras lo podemos definir como la retribución de un servicio prestado mediante la utilización de bienes, servicios o derechos de forma gratuita o con un valor inferior al valor real del mercado.
Este tipo de retribución representa un valor para la persona que la recibe, aun cuando no genere ningún tipo de coste para la empresa que emite el pago. Será potestad del trabajador decidir si acepta el pago en especie o no al mismo tiempo que podrá elegir entre distintas opciones de pago en especie. Por ejemplo, algunas de las retribuciones en especie más comunes son la formación, el ticket transporte, el ticket guardería, seguros de salud, el ticket restaurante, etc.
Es importante destacar que el máximo permitido por ley para este tipo de retribuciones es del 30% respecto al salario bruto del trabajador. El pago en especie debe declararse en el IRPF (aunque existen partidas exentas) y debe quedar reflejado en la nómina de forma desglosada, indicando el valor de cada bien o servicio percibido por el trabajador como parte de su sueldo, para que su cómputo permita calcular posibles indemnizaciones por despido, salarios por vacaciones y otras obligaciones. Por este motivo la empresa está obligada a realizar las correspondientes retenciones del IRPF y el trabajador deberá declarar el importe relativo a ese pago en especie.
El pago en especie no debe confundirse con la retribución extrasalarial, la cual no cuenta para los cálculos de indemnización, vacaciones o seguridad social. Tampoco requiere de justificación del gasto, por lo que no se refleja en la nómina.
El pago en especie conlleva importantes ventajas tanto para el trabajador como para la empresa, veamos a continuación algunas de las más significativas:
Todo esto, supone una forma de retribuir a los empleados que a la empresa le resulta bastante más económica que con el sistema convencional.
Tal y como hemos comentado, los pagos en especie se tienen que declarar en el IRPF. El salario en especie debe ser incluido en la nómina del trabajador. Es decir, se debe registrar en forma desglosada cada concepto y se debe asignar el valor económico de cada una de las prestaciones en especie que reciba el trabajador como forma de pago. Todos los valores registrados en la nómina implican la correspondiente cotización a la Seguridad Social y las obligadas retenciones del IRPF.
Por este motivo, la empresa está obligada a realizar las respectivas retenciones del IRPF. Al mismo tiempo, el trabajador está obligado a declarar en su renta anual lo correspondiente a lo recibido en especies como parte de su salario. No obstante, aunque tanto el trabajador como la empresa están obligados a realizar la declaración del pago en especie que se realiza, existen determinados pagos en especie que se encuentran exentos de la tributación.
Según la ley del IRPF en su artículo 42 los rendimientos del trabajo en especie que no tributan son los siguientes:
Pero también hay una serie de pagos en especie que no están exentos y deben pagar tributación al IRPF como por ejemplo:
Para establecer la cantidad de impuestos que se deben pagar, la ley ha establecido una valoración objetiva basándose en ciertos criterios especiales. Para los casos en que no se logre determinar este valor con base en estos criterios, se tomará el precio real de mercado.
En definitiva, el trabajador podrá renunciar a cobrar más dinero en nómina, lo que se traduce en un ahorro gracias al pago en especie. No obstante esto solo podrá llevarse a cabo cuando los bienes y servicios ofrecidos por la empresa resulten interesantes para el trabajador, sean opcionales y no sean impuestos por parte de la organización.
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