Se denomina control de horas al registro que se hace de las horas que trabajan los empleados. Este control, además de ser obligatorio en algunos casos, es también una herramienta muy útil que permite a empresa y trabajadores conocer las horas laborales realizadas realmente, y no solo aquellas que se ajustan al contrato.
El control de horas es el registro de las horas trabajadas en una empresa por un empleado. Estas horas pueden ser las que el empleado en cuestión está en su lugar de trabajo habitual (como por ejemplo una oficina).
Sin embargo, también pueden ser aquellas que se dedican a su jornada laboral pero que no se realizan en su lugar de trabajo habitual. Como sucede en el caso de los empleados que teletrabajan debido a restricciones y confinamientos por casos positivos de coronavirus durante la pandemia.
También en el caso de trabajadores que están desplazados y realizan su jornada laboral fuera de la oficina. Véase el ejemplo de transportistas o comerciales, por citar dos.
Se trata de un control que permite conocer tanto el momento de entrada como de salida del trabajador, así como las horas reales trabajadas, lo que no siempre se ajusta a las estipuladas en el contrato de trabajo.
De esta forma, tanto empresa como trabajador pueden conocer las horas de trabajo real llevadas a cabo, lo que será especialmente importante a la hora de ejecutar los pagos de las nóminas. Para saber más de este punto, en este artículo damos recomendaciones para la gestión de nóminas.
La principal importancia del control de horas radica en que es única forma de conocer las horas de trabajo real que realiza el trabajador.
Esto permite conocer las horas extra que el trabajador ha realizado a lo largo del mes. Pero también permite conocer si algún trabajador ha realizado menos horas de trabajo de las que le corresponden, por lo que se trata de una herramienta muy útil tanto para empleados como para la propia empresa.
De esta forma, llevando un registro que representa las horas de trabajo reales realizadas, se pueden ajustar los pagos en función de dicho registro, teniendo en cuenta tanto las horas ordinarias como las extra.
A grandes rasgos, se pueden diferenciar dos tipos de sistemas: analógico y digital. Los sistemas de control analógicos están llamados a desaparecer, puesto que no son sistemas precisos y permiten alterar el registro con gran facilidad.
Estos sistemas suelen consistir simplemente en apuntar en un papel la hora de entrada y de salida del empleado, lo que, al hacer normalmente con papel y boli, puede ser modificado sin ningún control real del mismo. Lo que podría provocar una alta tasa de ausentismo laboral.
Por otro lado, los denominados sistemas de control de horas digitales son sistemas automatizados que hacen uso de la tecnología para concretar el momento de entrada y salida del trabajador.
Existen sistemas muy variados, desde los que se activan con una tarjeta personal intransferible a los que hacen uso de la huella dactilar. O, como el reloj laboral, los que funcionan iniciando sesión con una cuenta personal (especialmente útiles a la hora de contabilizar las horas cuando se teletrabaja o se está desplazado).
Estos sistemas, al estar conectados a una plataforma digital, no se pueden manipular, por lo que, además de ser mucho más cómodos y precisos, son también la forma más segura y eficiente de llevar a cabo el control de horas en cualquier empresa.
Además, otro de los aspectos importantes que hay que tener en cuenta respecto a los sistemas digitales es que existen una gran variedad de ellos.
Esto permite también que sean sistemas muy flexibles y fáciles de adaptar a cualquier tipo de empresa que quiera llevar a cabo un control de horas: desde una gran multinacional que tiene su sede en un edificio de oficinas, hasta un restaurante o pequeña empresa de no más de 10 trabajadores.