16 de mayo de 2018

Modelo de gestión de la calidad: ¿es realmente necesario?

modelo de gestion

En los últimos años las palabras modelo de gestión de la calidad se han apropiado de foros de expertos, sesiones de networking y blogs de temáticas empresariales. Elaborar un modelo de gestión de la calidad es – o parece ser imprescindible- , pero ¿lo es? Esa es la gran cuestión que vamos a intentar resolver en las líneas siguientes.

¿Qué es exactamente un modelo de gestión de la calidad?

Todos hemos oído hablar de los modelos de gestión de la calidad y de la necesidad y casi obligación de invertir en su creación, pero ¿sabemos realmente qué es exactamente un modelo de gestión de la calidad? Quizá no, así que vamos a aclararlo brevemente:

Un modelo de gestión de la calidad es un instrumento de autoevaluación corporativa que busca analizar detenida y objetivamente la calidad de los productos y servicios que ofrece la empresa a fin de detectar posibles fallos y desviaciones. A partir de ese análisis, un modelo de gestión de la calidad bien elaborado incluirá las medidas correctivas y/o preventivas necesarias para corregir las desviaciones y seguir mejorando la calidad interna a fin de mejorar su capacidad competitiva, eficacia y productividad global.

Distintos modelos de gestión de la calidad

Como bien sabes, no existe un único modelo de gestión de la calidad, sino tantos como empresas y corporaciones. ¿La razón?: cada empresa es un mundo y, como tal, tiene una personalidad propia, una cultura, unos valores, etc.

Pero a pesar de su cualidad única, no es necesario que elaboremos nuestro propio modelo de gestión de la calidad partiendo de cero. Existen numerosos modelos ya creados que podemos tomar como plantilla o guión básico y adaptarlo a nuestras propias circunstancias empresariales.

Los tres modelos de gestión de la calidad que ya se han convertido en clásicos y que siguen mejorándose cada año gracias a la aportación de numerosos expertos en calidad de todo el mundo serían los siguientes:  

  1. Modelo Deming. Creado en Japón en 1951 por la  JUSE – Unión Japonesa de Científicos e Ingenieros-. El principal objetivo de este modelo de gestión de la calidad es implementar indicadores de calidad que garanticen que las políticas de control y mejora de la calidad de los productos de una empresa redundan en beneficios directos para el consumidor
  2. Modelo Malcom Baldrige. Creado en USA en 1987 en respuesta al aluvión de productos japoneses que saturaron el mercado nacional en aquella década. Este modelo de gestión de la calidad busca sobre todo marcar unas pautas claras en cuanto a fabricación, comercialización, distribución, etc.., unas pautas de calidad que los productos y servicios de una empresa deben cumplir para obtener un reconocimiento público que avale su buen hacer empresarial.
  3. Modelo EFQM. Creado en Europa en 1988 por un grupo de empresas que decidieron formar la llamada Fundación Europea para la Gestión de la Calidad. El principal objetivo de este modelo de gestión de la calidad era impulsar el nivel de competitividad de las empresas europeas en un mercado global liderado por países americanos y asiáticos.

¿Por qué invertir en un modelo de gestión de la calidad?

En el párrafo anterior ya hemos intercalado algunas de las razones de peso que explican por qué una gran empresa con ambiciones competitivas debe implementar su propio modelo de gestión de la calidad. Vamos a intentar resumirlo:

Invertir tiempo, talento y presupuesto en crear, mantener y enriquecer nuestro propio modelo de gestión de la calidad es la única forma de poder mantenernos firmes en un mercado globalizado y fuertemente competitivo. Como ya hemos comentado en otros artículos de nuestro blog, la estandarización de procesos y de procedimientos ha producido una igualdad entre los productos y los servicios que encontramos en el mercado.

Es complejo –o no es rentable- ofrecer productos diferentes a los de nuestra competencia, pero sí podemos ofrecer productos mejores o, lo que es lo mismo, ofrecer productos de alta calidad que satisfagan las necesidades y expectativas del cliente final.

Así, invertir en un modelo de gestión de calidad permitirá a nuestra organización:

  • Afianzar su posición en el mercado internacional.
  • Diferenciarse de su competencia garantizando la experiencia final del cliente; una experiencia que se traducirá en fidelidad hacia nuestra marca, productos y servicios.
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