Un mapa de empatía es una herramienta que permite conocer al cliente objetivo de una empresa y, en consecuencia, adaptarse a sus necesidades para que el servicio o producto de la empresa responda a dichas necesidades. Se basa en la creación de un documento que responde a unas preguntas concretas y que, una vez completado, permitirá conocer mucho mejor al cliente ideal.
Un mapa de empatía es una herramienta que permite que una empresa conozca a su cliente objetivo de forma más detallada y fiable. Se puede presentar con diferentes formatos, aunque lo más común es que sea un documento dividido en cuadrantes (cuatro arriba y dos abajo), y que, en cada cuadrante, se responda a una pregunta concreta sobre el cliente.
Las seis preguntas que aparecen en un mapa de empatía tradicional son las siguientes:
Cada una de estas preguntas responde a formas de sentir que el cliente en cuestión tiene. De este modo, respondiéndolas, la empresa se puede hacer una idea mucho mejor y más completa del tipo de cliente objetivo que tiene delante, lo que le sirve para adaptar sus productos o servicios para que realmente respondan a las necesidades del cliente.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las preguntas que presenta un mapa de empatía son generales, y que deberán ser adaptadas a cada caso en concreto. Por ejemplo, cuando el mapa de empatía pregunta <<¿qué ve?>>, se está preguntando por cómo ve el cliente el mundo que le rodea, cuáles son sus amigos, cuál es su mundo cotidiano. Cuando se pregunta por <<¿cuáles son sus dolores?>>, se está haciendo referencia a cuáles son sus miedos y frustraciones, por los obstáculos que debe superar para llegar a adquirir el producto o servicio que se le está ofreciendo, etc.
A la hora de crear un mapa de empatía de calidad, se suelen establecer ocho fases que hay que llevar a cabo para que el mapa cumpla con éxito con su función:
A partir de cada una de las fases llevadas a cabo para desarrollar el mapa de empatía, se obtendrá una información detallada de cómo siente y cómo ve el mundo que le rodea el cliente ideal al que van a ir dirigidos los productos o servicios. De esta forma, utilizando la información que aporta el mapa de empatía, se podrán tomar las decisiones más adecuadas para que el producto o servicio que se le ofrece al cliente se adapte realmente a sus necesidades, de acuerdo a sus expectativas más inmediatas, a las influencias que tenga alrededor y a los obstáculos que puedan existir entre el cliente y el consumo.