31 de marzo de 2020

Flujo de caja libre: definición, importancia y cálculo

flujo de caja

Los inversores inteligentes prefieren a las empresas que producen gran cantidad de flujo de caja libre. Este flujo de efectivo es prueba de la capacidad de una empresa para pagar deudas, dividendos, recomprar acciones y facilitar el crecimiento de sus operaciones. Se trata de aspectos importantes todos ellos desde la perspectiva del empresario, pero también factores a tener en cuenta a la hora de invertir en un negocio.

Qué es el flujo de caja libre

El flujo de caja libre representa el efectivo que una empresa puede generar después de disponer del dinero requerido para mantener o ampliar su base de activos, respaldando sus operaciones. Podría decirse que este flujo de capital representa una medida de la rentabilidad que excluye los gastos no monetarios del estado de resultados e incluye el gasto en equipos y activos, así como también los cambios en el capital de trabajo. En esto se diferencia de las ganancias o el ingreso neto.

 Para entender mejor qué es el flujo de caja libre hay que tener en cuenta dos cuestiones:

  1. Que los pagos de intereses están excluidos de la definición generalmente aceptada de esta medida.
  2. Que, de manera similar a lo que ocurre en el caso de las ventas y ganancias, el flujo de caja libre a menudo se evalúa por acción, para analizar el efecto de la dilución.

Cómo calcular el flujo de caja libre

El flujo de caja libre se puede calcular restando al flujo de caja operativo los gastos de capital, lo que supondría sumar al beneficio neto la amortización y restarle al resultado la inversión en necesidades operativas de fondos y la inversión en activos fijos.

Cuando el flujo de caja libre es positivo, indica que la empresa está generando más efectivo del que se necesita para la gestión y se reinvierte para hacer crecer el negocio. Las empresas también pueden aumentar temporalmente este flujo de efectivo extendiendo sus pagos, ajustando las políticas de cobro y agotando los inventarios.

Por el contrario, el flujo de caja libre negativo revela que la empresa no puede generar suficiente efectivo para respaldar el negocio.

No obstante, por su naturaleza, algunos gastos para bienes de capital pueden ser poco frecuentes, pero costosos cuando ocurren, lo que da una pista acerca de que el flujo de caja libre puede llegar a ser muy diferente de un año a otro. Por lo tanto, los inversionistas deben estar atentos a las compañías con altos niveles de flujo de caja libre, ya que ello podría significar que estuviesen reportando menos gastos de capital e investigación y desarrollo.

¿Cómo mejorar el flujo de caja?

Poner el foco en optimizar la gestión de pagos y revisar la de gastos operacionales puede aumentar el flujo de caja. De manera complementaria, puede ser buena idea mejorar la gestión de inventario para reducir los costes operativos también.

Entre las acciones más efectivas a emprender destacan las cinco siguientes:

  1. Reunirse con los proveedores. El inventario de productos y los bienes y servicios operativos que entregan los proveedores son líneas de pedido esenciales, pero si simplemente se agregan como gastos al balance al final de cada mes sin preguntas ni exploración, es posible que se llegue a gastar más de lo necesario. Convendría preguntarse si se mantiene una relación saludable a largo plazo con los proveedores y habría que considerar reunirse con ellos para renegociar precios, condiciones de crédito y / u obtener descuentos para pedidos más grandes, logrando así reducir costes.
  2. Reevaluar el gasto. ¿Podría suceder que se estuviese pagando por muchos bienes o servicios que no necesita el negocio? ¿Pueden eliminarse algunas de las líneas del presupuesto mensual? Con el tiempo, se suman gastos pequeños, pero innecesarios, que repercuten negativamente en el flujo de caja. Para reevaluar la estrategia y aumentar el efectivo hay que prestar atención a esos gastos que consideramos triviales. Nunca deben pasarse por alto, ya que, a menudo, pueden terminar suponiendo cientos de euros en facturas y tarifas innecesarias al cabo del año. Es preciso echar un vistazo a sus facturas y determinar dónde pueden hacerse recortes, incluso si es momentáneamente.
  3. Volverse más eficiente. La eficiencia es un concepto que puede aplicarse a todo, desde cómo se usan las instalaciones y equipos a cómo se programan y distribuyen las tareas entre ñ fuerza de trabajo. Cualquier momento es bueno para ver las formas en que se puede recortar sin dañar las ventas y los ingresos. Pequeños gestos, como el uso de tecnología inteligente para controlar los esfuerzos de calefacción o refrigeración, o cambios, como la sustitución de máquinas viejas por equipos más eficientes, incluso la reorganización de los puestos de trabajo son decisiones que pueden hacer que el negocio reduzca su nivel de gasto general, gracias a operar de manera más eficiente.
  4. Estandarizar la facturación. Es fácil dejar atrás algunas tareas operativas cuando se trabaja a pleno rendimiento, pero nunca habría que perder de vista un tema tan importante para el flujo de caja como es la facturación. Enviar las facturas a tiempo todos los meses y tener presentes las fechas de vencimiento son aspectos clave para una buena gestión. Al hacerlo, se establecerán expectativas claras sobre el acuerdo financiero entre la empresa y sus clientes, y eso ayudará a alcanzar sus objetivos financieros. Y, un clásico que no suele fallar: siempre que sea posible, ofrecer incentivos a los clientes que pagan por adelantado.
  5. Facilitar el pago. Si solo se aceptan una o dos formas de pago, como pagos en efectivo o con tarjeta de débito o con tarjeta de crédito, puede ser el momento de considerar agregar algunas opciones más para satisfacer las necesidades de sus clientes. Esto puede significar ofrecer opciones de pago en línea o configurar una opción de autodeducción, algo que beneficiaría en gran medida al flujo de caja.

¿Por qué el flujo de caja libre es tan relevante para la empresa?

El flujo de caja libre es importante porque permite a la empresa buscar oportunidades que mejoren el valor para los accionistas. Sin efectivo, es difícil desarrollar nuevos productos, realizar adquisiciones, pagar dividendos y reducir la deuda.

Algunos inversionistas prefieren usar el flujo de efectivo libre en lugar del ingreso neto para medir el desempeño financiero de una compañía, porque el flujo de efectivo libre es más difícil de manipular que el ingreso neto.Además, es importante tener en cuenta que el flujo de caja libre negativo no es malo en sí mismo; puesto que podría ser señal de que la empresa está haciendo grandes inversiones. Y, si estas inversiones obtienen un alto rendimiento, la estrategia tiene el potencial de amortizarse a largo plazo.

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