En la dirección de personas hay dos claras situaciones: el liderazgo transaccional, donde el ejecutivo tiene que ‘empujar’ a su equipo para obtener resultado, y el liderazgo transformacional, en el que el directivo es capaz de inspirar a los empleados, que lo siguen por sí mismos. ¿Te gustaría conseguir este segundo estilo?
Este modelo de management proviene de la Teoría del liderazgo transformacional, creada por el premio Pulitzer James MacGregor Burns en 1978, quien describe este estilo en su libro Transforming Leadership como “un proceso a través del cual los líderes y los seguidores hacen entre sí para avanzar a un nivel más alto de la moral y la motivación”.
Intrincado en el concepto de motivación intrínseca, el liderazgo transformacional surge como alternativa al transaccional. Así, mientras en este segundo, los superiores tratan de incentivar a los trabajadores a través de recompensas vinculadas a la motivación extrínseca, el líder transformacional busca la motivación de los empleados haciéndolos partícipes de los objetivos y proyectos de la compañía, implicándolos en la empresa y en el logro de metas compartidas.
El paradigma de MacGregor fue desarrollado posteriormente por Bernard M. Bass, autor de Transformational Leadership, donde desglosa las cuatro características que sustentan el liderazgo transformacional:
¿Cuál es el impacto de este tipo de liderazgo? Cuando el líder consigue poner en práctica estas cuatro características, se producen los siguientes beneficios:
Conocidas estas ventajas del liderazgo transformacional, la siguiente pregunta es cómo llevar a cabo este modelo en la empresa. En este sentido, Stanley McChrystal en su charla TED Listen, learn … then lead, repasa las claves para lograrlo: