Las primeras impresiones son importantes. También, y especialmente, en el caso de un empleado que llega por primera vez a su nuevo puesto de trabajo. Por eso, muchas empresas se empiezan a preocupar porque esos primeros días sean agradables para el recién llegado al equipo.
Para conseguirlo las empresas han empezado a crear su propios programas de onboarding. Este es el nombre que recibe el proceso diseñado para dar la bienvenida a un nuevo empleado.
Y no se trata de mostrarle su sitio y hacerle firmar una montaña de papeles; al contrario, el onboarding pretende acelerar su integración, que conozca al equipo, que entienda la cultura de empresa y que se sienta cómodo desde el primer minuto.
Está demostrado que la bienvenida que recibe una persona puede definir su futuro a corto plazo dentro de una compañía. Según TalentWise, el 69% de los empleados permanecerá en la empresa al menos 3 años si el proceso de onboarding está bien definido.
Los procesos de selección son largos, costosos y cada fichaje es una apuesta y una inversión. Para sacarle el máximo partido y que permanezca muchos años a tu lado, deberás cuidarle desde el primer momento.
Es importante pensar y reflexionar sobre los primeros meses de una persona en una compañía. Según Michael Watking, autor del libro Los primeros 90 días, “cuando alguien acepta un nuevo trabajo es más vulnerable, por lo que es el momento perfecto para llegar a él e impactarle”.
El primer día a veces se peca de ser demasiado formal o serio. Se explican las reglas de la empresa, los horarios, la estrategia, los objetivos, la estructura… Eso no ayuda nada a romper el hielo.
Según Watking, el foco debería estar en la cultura de la empresa y en los valores de la misma. Es más, añade, “no deberías esperar al primer día para contarle todo esto, durante las entrevistas es importante que transmitas la visión de tu compañía para saber si es la persona adecuada o no”.
Dar la bienvenida a un compañero debe ser una responsabilidad compartida por todo el equipo. Pide a un veterano que se convierta en el mentor del nuevo, a otro que le haga de guía… Designa papeles y haz que tus empleados empiecen a interactuar más entre ellos.
Los más antiguos tendrán la oportunidad de demostrar sus conocimientos y capacidad de liderazgo; y el recién llegado podrá “aburrir” a preguntar a sus compañeros sin sentirse demasiado cohibido.
Es importante que tu nuevo fichaje sepa perfectamente, desde el primer momento, qué se espera de él. Dedica a tiempo a explicarle por qué se le ha contratado, cuáles son sus funciones y cómo se va a medir su éxito dentro del equipo.
De este modo, estarás despejando un gran número de incógnitas y dejando claras las reglas del juego.
Watking opina que el proceso de onboarding dura 90 días, ya que hasta pasado ese tiempo la persona no estará integrada y adaptada por completo a su nuevo puesto.
Sin embargo, también reconoce que no hay una medida exacta para todo el mundo. En su libro explica que hay casos en los que algunos empleados no han empezado a brillar y dar el máximo de sí mismos hasta pasados seis meses.
Teniendo en cuenta todo esto, a la hora de diseñar tu propia estrategia ten en cuenta que deberá contar con estos cuatro ingredientes:
Por lo demás, cualquier cosa vale. No existe un onboarding determinado, cada empresa debe diseñar el suyo y el que mejor transmita su personalidad a los nuevos empleados. Incluso las ideas más locas tienen cabida aquí.
Recuerda:
Y nunca, nunca…:
Con toda esta información estarás preparado para darle la bienvenida como se merece a tu próximo fichaje. Este recibimiento marcará positivamente su integración y trayectoria dentro de la empresa.