13 de octubre de 2017

Tipos de organizaciones de los trabajos: verticales, horizontales y planas

trabajos verticales

A la hora de estructurar una compañía existen diferentes modelos y aún más variantes, desde organizaciones de los trabajos verticales hasta modelos horizontales e incluso organigramas holocráticos carentes de jefes.

La elección de una u otra forma va a depender de cada caso, pues todos los sistemas presentan sus pros y contras. ¿Cuáles son los principales sistemas de organización?

Diferencias entre estructuras

Si al dibujar el organigrama de la compañía, la estructura simula una pirámide, entonces estamos ante organizaciones de los trabajos verticales. En cambio, si se parece más a un rectángulo o una línea, hablamos de modelos horizontales o planos.

Frente a estos, las organizaciones de los trabajos verticales se caracterizan por tener una fuerte jerarquía del capital humano, situándose en lo alto de la cúspide el director general y descendiendo hacia los altos ejecutivos, mandos intermedios y empleados.

Así, la mayor diferencia entre las organizaciones de los trabajes vertical y las horizontales radica en el proceso de toma de decisiones.  En este sentido, mientras en las primeras cualquier tema debe pasar por una gran número de niveles, desde el trabajador hasta el máximo responsable, en las segundas este proceso se simplifica, disponiendo de un menor número de escalas.

En cambio, los modelos holocráticos o planos apuestan por empoderar al 100% a los empleados a través de una mayor descentralización, dejándoles la capacidad para adoptar decisiones por sí mismos. De ahí que sean conocidas como modelos ‘sin jefes’.

Ventajas y desventajas de los diferentes modelos

ORGANIZACIONES DE LOS TRABAJOS VERTICALES

Las organizaciones de trabajos verticales cuentan con algunas ventajas frente al resto:

  • Control. Al existir líneas de mando bien definidas, cualquier actuación está sometida a la aprobación de los correspondientes superiores, generando un mayor control del trabajo de la plantilla.
  • Reparto de tareas. Dado que las organizaciones verticales están estructuradas al detalle en cargos y departamentos, cada profesional tendrá unas funciones y objetivos concretos, lo que permite evitar el solapamiento de tareas entre varios trabajadores.
  • Especialización. Por norma general, las empresas que funcionan bajo esta estructura cuentan con profesionales altamente capacitados para llevar a cabo los puestos a los que han sido asignados.
  • Eficacia. Cuando se consigue un flujo de comunicación y un reparto de tareas óptimos, este modelo organizativo puede llegar a ser muy eficaz, como si de un gran engranaje se tratara.
  • Promoción. En estas compañías, los trabajadores tienen claras cuáles son las trayectorias profesionales que pueden desarrollar dentro de la organización al ir ascendiendo en la pirámide, lo que contribuye a mejorar la motivación de los empleados.

Sin embargo, las organizaciones de trabajos verticales también presentan una serie de inconvenientes:

  • Burocratización. La propia distribución de roles y cargos en estas empresas puede provocar que cualquier proyecto se vea sometido a una excesiva burocracia, retardando la toma de decisiones.
  • Coste salarial. Al disponer de mayores altos cargos que en las organizaciones planas, los costes salariales de los ejecutivos pueden ser más costosos en estas compañías.
  • Pérdida de oportunidades y eficacia. En estas empresas la toma de decisiones debe provenir del máximo responsable, por lo que la capacidad de reacción de la empresa ante crisis u oportunidades se ve limitada.
  • Desmotivación. Si no se activan programas de reconocimiento y equidad en la plantilla, los empleados de los niveles inferiores pueden sentirse poco valorados respecto a los profesionales de escalafones intermedios o altos, causando desmotivación y descontento del capital humano y aumentando los índices de absentismo y rotación del personal.  

ESTRUCTURAS HORIZONTALES

En este segundo modelo, se presentan las siguientes ventajas:

  • Satisfacción. La plantilla suele estar más motivada que en la estructura vertical, al gozar de mayor autonomía e independencia para hacer su trabajo.
  • Cooperación. En estas organizaciones, el sistema de orden-ejecución del modelo vertical entre jefe y empleado es sustituido por un proceso colaborativo en el que se fomenta la colaboración de los equipos.
  • Agilidad. Al no estar tan burocratizada, la empresa horizontal gana en rapidez y adaptación a los cambios.
  • Innovación. Si en las organizaciones de los trabajos verticales se podían perder oportunidades por el complejo entramado en la toma de decisiones, en el modelo horizontal se gana fluidez, permitiendo ser más innovadores y competitivos.

En cambio, estas son las contras de este modelo organizacional:

  • Superposición. En caso de no establecer claramente las competencias de cada departamento y trabajador, el fomento de la colaboración puede ocasionar solapamiento de los trabajos e incertidumbre entre los equipos.
  • Escasa promoción. Otra desventaja es que los empleados no pueden desarrollar una carrera profesional ascendente, pues los puestos directivos son escasos.
  • Descontrol. En las pequeñas y medianas empresas es relativamente sencillo que el modelo horizontal prospere, pero en las grandes compañías este organización puede causar problemas a la hora de organizar las funciones y responsabilidades de cada profesional.

LAS EMPRESAS PLANAS

Basada en la concepción de que si se involucra a los trabajadores en las tareas y se les da capacidad de decisión, serán más productivos, las organizaciones planas aportan los siguientes beneficios:

  • Compromiso. El empoderamiento de las plantillas provoca que surja un mayor responsabilidad individual de cada empleado, que tratará de llevar a cabo su trabajo del mejor modo posible.
  • Motivación. Al sentirse como piezas importantes para la empresa, los profesionales de estas organizaciones presentan mayores niveles de satisfacción y motivación.
  • Rapidez. Como es el propio empleado el que puede decidir sobre los asuntos que son de su competencia, estas empresas dan una respuesta mucho más ágil que las organizaciones de los trabajos verticales.
  • Comunicación. Al no existir superiores -o muy pocos-, la coordinación vendrá de la mano de una comunicación fluida y multidireccional, donde todos los empleados compartan sus proyectos o reticencias.
  • Ahorro. Dado que en este organigrama no existen altos cargos o son mínimos, los costes salariales tienden a reducirse notablemente.

Por el contrario, las organizaciones planas u holocráticas presentan los mismos inconvenientes que las horizontales pero agravados cuando no hay un equipo cohesionado, preparado, motivado y alineado con los objetivos de la compañía. En estos casos, sin nadie que guíe el rumbo, cada individuo ‘remará’ hacia una lado distinto, impidiendo a la empresa avanzar.

Edenred España

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