Trabajar en un puesto de responsabilidad de una empresa implica aceptar que habrá que enfrentarse a diferentes clases de desafíos, tantas como tipos de conflictos laborales existen.
Tal y como publica Forbes, “los líderes deben estar preparados para ejercitar su paciencia y proveerse a sí mismos del tiempo y la privacidad necesarias para encontrar las respuestas correctas” cuando se dan estas situaciones.
Cuando hay tantos equipos, agendas y personalidades diferentes chocando (y, en algunos casos, compitiendo) dentro de un mismo espacio, es probable que la dinámica se complique un poco.
Por eso, los diferentes tipos de conflictos laborales van desde los más grandes, como traiciones, hasta los más pequeños, como los pequeños desastres “domésticos” que pueden surgir en la zona destinada a las pausas de café, por ejemplo.
La desconfianza, la falta de respeto, la ignorancia o las actitudes tóxicas pueden empobrecer el clima laboral de la empresa, dando lugar a distintos tipos de conflictos laborales, como los siguientes:
Los distintos tipos de conflictos laborales suelen ser una señal de falta de confianza y trabajo en equipo. Para evitarlos no hay que forzar a todas las personas a trabajar al mismo ritmo o nivel, pero sí fomentar el respeto mutuo, la comunicación y una atmósfera positiva, donde el reconocimiento al trabajo bien hecho y las recompensas por el esfuerzo dedicado a la empresa tengan su lugar.