Crear un modelo de gestión de motivación es imprescindible para contar con un equipo de trabajo unido, comprometido y fiel a la consecución de los objetivos marcados por la dirección. ¿Quieres saber qué es exactamente un modelo de gestión de la motivación? Adelante, sigue leyendo y te lo contamos en detalle.
Explicado de forma resumida, podríamos decir que un modelo de gestión de la motivación es un plan de actuaciones encaminadas a conseguir que nuestros empleados y directivos se sientan motivados para ofrecer lo mejor de sí mismos a la empresa en la que trabajan.
Hablamos de organizar, detallar y calendarizar en el tiempo las distintas acciones y políticas que la empresa pone en práctica para que sus empleados se sientan felices y comprometidos tanto con su trabajo, como con el resto del equipo humano que de alguna forma están relacionados con la empresa, desde los directivos a los técnicos, pasando por los auxiliares, los proveedores, los clientes…
Desde este punto de vista, un modelo de gestión de la motivación es muy similar a los llamados planes de bienestar laboral: un guion, una pauta que nos ayuda a aunar ideas y esfuerzos para conseguir esa motivación profesional que, no lo olvidemos, es absolutamente necesaria para que una empresa se mantenga líder en su mercado.
Esta pregunta es bastante sencilla de responder. Un modelo de gestión de la motivación bien diseñado, correctamente implementado y, por supuesto, revisado periódicamente, contribuye a mejorar el clima laboral de una organización y, también, el sentimiento de bienestar de cada persona que forma parte de esa gran familia que es una empresa.
El objetivo final de este tipo de modelo de gestión es también muy sencillo: rentabilizar todos los esfuerzos de inversión y trabajo de una empresa, independientemente de su tamaño.
Recuerda esta simple frase: tener empleados felices y motivados, mejora los resultados económicos de una organización.
Aunque el término modelo de gestión de la innovación parece bastante moderno, no lo es. En realidad, el tema de la motivación, la conciliación laboral y la felicidad de los empleados lleva mucho tiempo siendo objeto de estudio por todo tipo de entidades públicas y privadas.
Investigadores de todos los países llevan muchos años probando diferentes modelos para gestionar la motivación profesional. Dos ejemplos de modelos de motivación que ya se consideran auténticos clásicos:
El modelo de las expectativas fue creado por el psicólogo Víctor Vroom en 1973 y mejorado a lo largo de los años. Explicado de forma muy resumida, podríamos decir que este modelo se basa en la idea clave de que cada persona toma sus decisiones para conseguir algo concreto. Es decir: un trabajador se sentirá más feliz y motivado siempre que vaya consiguiendo las expectativas profesionales que se ha ido planteando para tomar las decisiones correctas que le ayuden a rendir al máximo en su trabajo diario.
Como te imaginarás, en este modelo de gestión de la innovación es fundamental conocer bien a nuestro equipo humano, saber de su situación familiar, sus compromisos, sus necesidades retributivas, sus necesidades de tiempo libre o de organización de horarios flexibles, etc.
El modelo integrador fue planteado por Steven Altman y Richard Hodgetts en su famoso libro “Comportamiento en las Organizaciones” (1989). Este modelo defiende que la motivación y la satisfacción de los empleados dependen de las expectativas de recompensa, de las retribuciones que esperan recibir si mejoran de forma integradora sus capacidades, su productividad y su rendimiento.
Un detalle importante sobre este modelo de gestión de la motivación: las recompensas que anotan Altman y Hodgetts no tienen por qué ser exclusivamente económicas, también son válidos otros incentivos como, por ejemplo, los sistemas de retribución flexible, el teletrabajo, etc.
Ahora nos gustaría leer tu opinión: ¿conocías estos modelos de gestión de la motivación? ¿Te parecen interesantes para tu propia empresa?