24 de noviembre de 2017

Jornada intensiva Vs. jornada partida: pros y contras de ambos tipos

Tres de cada cuatro empleados en España tiene jornada partida, frente al 25% que desarrolla su trabajo en una jornada intensiva, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo del Instituto Nacional de Estadística. Ahora bien, ¿cuál es más beneficiosa para trabajadores y empresa?

Como pone de manifiesto el informe antes citado, en la mayoría de los casos, son las empresas las que deciden el horario laboral de los trabajadores sin posibilidad de cambios por parte de estos. No obstante, el 6% de los ocupados puede elegir entre varios horarios fijos; el 13%, adaptar sus horas de trabajo dentro de ciertos límites (horario flexible); y el 15%, determinar enteramente su horario. Si fuera tu caso, ¿cuál elegirías? ¿Jornada intensiva o partida?

Diferencia entre jornada intensiva y partida

La jornada intensiva, también llamada continua, es aquella que transcurre de forma seguida sin que se produzcan pausas durante la misma, salvo aquellos descansos obligatorios legalmente. Sería el caso, por ejemplo, de los trabajadores que acceden a su puesto a las 7 de la mañana y salen del mismo a las 15:00 horas o los que entran a la empresa a las 16:00 y se van a las 24:00 horas.

Por el contrario, la jornada partida es aquella en la que las horas dedicadas al desempeño diario están divididas en dos bloques, entre los cuales se establece un tiempo de descanso de dos o tres horas, habitualmente para comer.

Pros de la jornada intensiva

Ahora bien, hay que tener en cuenta que ambos modelos presentan sus ventajas e inconvenientes.

El mayor beneficio de la jornada intensiva es que se mejora la conciliación laboral y familiar de los empleados. Al trabajar las ocho horas de forma continuada y salir antes de la oficina, el personal tiene la posibilidad de disfrutar de gran parte de la tarde o la mañana –según el turno que le corresponda- para sus asuntos personales, incidiendo en su satisfacción laboral y motivación y generando también un ahorro para la compañía en gastos de luz, climatización, maquinaria…

Y contras de la misma

En el lado opuesto, la jornada intensiva también presenta serias dificultades para los trabajadores, que verán cómo su ritmo de trabajo se intensifica para poder atender a todos los asuntos a lo largo de la jornada y las pausas de 15 minutos cada 6 horas estipuladas por ley pueden ser insuficientes, produciendo un desgaste en el empleado que se verá reflejado en su motivación, satisfacción y desempeño.

Para la empresa, demás, el empleo de jornada continuada puede suponer problemas para adaptarse a los horarios de los proveedores que sí mantienen turnos de trabajo partidos o de los clientes, que demandan mayores franjas horarias de atención al público.

Una nueva mirada a la jornada partida

Por su parte, la jornada partida también puede presentar las mismas ventajas que la intensiva si se adapta a las necesidades de los trabajadores. Por ejemplo, si en lugar de establecer una pausa de 3 horas entre las 14:00 y las 17:00 horas, como es habitual en muchas empresas españolas, se acuerda un descanso de una hora o media hora para comer, los empleados podrán salir a las 18:00 en lugar de a las 20:00 horas, permitiéndoles también conciliar su vida laboral y personal, disfrutar de un tiempo de desconexión suficiente para mantener la intensidad en el trabajo y no afectar a la coordinación para la organización con proveedores o consumidores.

Además, si la empresa apuesta por ofrecer a la plantilla beneficios sociales como el ticket restaurant o el ticket guardería, con el que los profesionales pueden sufragar sus comidas o los servicios de la escuela infantil de sus hijos, la motivación de los mismos aumentará.

Por este motivo, es necesario reflexionar nuevamente sobre el concepto de jornada partida y sus ventajas, pues bien empleada puede resultar muy efectiva para crear equipos motivados, productivos y satisfechos con sus condiciones laborales.

Edenred España

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