Para que una organización se asegure de que funciona sin problemas y que sus objetivos se están cumpliendo de la mejor manera posible, debe existir una comunicación sólida entre la gerencia y los empleados. Esto implica que la gerencia debe asegurarse de que se emplee menos jerga a diario con los empleados, para evitar una mala comunicación que pueda ser perjudicial para el éxito de la organización.
La jerga es el lenguaje específico propio de un oficio, una profesión o un grupo en particular. Se trata de un vocabulario que resulta de difícil comprensión para las personas ajenas a esa área de especialidad.
La jerga puede ser útil, pero no cuando se están tratando temas que no son técnicos.
La jerga puede dificultar el cumplimiento del propósito de compartir información o ideas en la organización. En situaciones donde la comunicación es insuficiente, los empleados ven decaer su moral, pierden la motivación y pueden empezar a aparecer consecuencias tan graves para la organización, como una alta rotación de empleados, peores relaciones entre empleados, el desperdicio de recursos de la organización o un impacto negativo en la productividad de la empresa.
Y es que, todo lo relacionado con la comunicación debería ser cuidadosamente planeado. Los correos electrónicos, desde su contenido y frecuencia a la forma en que se expone el contenido o el número de personas en copia (¿es realmente necesario copiar a todos?), los mensajes en redes o la newsletter interna y, por supuesto las reuniones. Las reuniones ineficaces afectan a la moral del grupo al considerarse una pérdida de tiempo y una falta de respeto, al mismo tiempo.
Los empleados son un componente integral de la organización y, por eso, hay que cuidar las comunicaciones, tanto en lo que se refiere a regular el uso de la jerga, como en los siguientes aspectos:
Además de estas recomendaciones, que pueden aplicarse a empresas de todas las industrias, merece la pena tener claros los objetivos que se persiguen con la comunicación. Partiendo de la meta, es más fácil trabajar por construir un mensaje claro, directo y auténtico, que transmita la información y la emoción que se desea que cale en la audiencia. En ocasiones, habrá cabida para la jerga técnica y, otras muchas, será mejor sustituir esos términos por expresiones más ampliamente conocidas por todos.