A medida que los líderes empresariales se esfuerzan por aumentar la competitividad, la creación de una cultura emprendedora y empresarial se confirma como una ventaja importante. ¿Te gustaría tener intraemprendedores dentro de tu organización?
En el entorno empresarial actual, el término emprendedor ha llegado a significar más que la mera capacidad de convertir una idea en proyecto real, un plan en una empresa. Hoy, ser «emprendedor» describe una habilidad y mentalidad caracterizada por la innovación, la creatividad y la asunción de riesgos calculados. El término se aplica a individuos, equipos y culturas organizacionales enteras.
Una cultura emprendedora es lo que muchas empresas esperan lograr, aunque no es tan fácil fomentarla ni hacerla prosperar. De hecho, una cultura emprendedora y empresarial debe cultivarse a través de acciones bien planificadas que empiezan por la definición de objetivos y el modelado, y se refuerzan con la comunicación. El resultado son actitudes proactivas, menor aversión al riesgo y un conjunto de valores característicos.
Para alcanzar este objetivo, el punto de partida es el liderazgo. La gente sigue el ejemplo de sus líderes. Sus valores, prioridades y acciones están guiados por lo que modelan sus superiores.
Pero se trata de un equilibrio delicado. Un lugar de trabajo demasiado autoritario desalienta a las personas a usar su propia iniciativa y sofoca los rasgos que mejoran la innovación y la productividad. Un entorno excesivamente democrático carece de enfoque para mantener a la empresa avanzando hacia sus objetivos. El justo medio consiste en asegurarse de que los empleados se sientan lo suficientemente cómodos y seguros como para compartir sus ideas.
Pero, ¿cómo animas a las personas a adoptar la mentalidad de emprendedor? ¿Es posible cultivar un sentimiento de inversión personal y una voluntad de probar cosas nuevas? Muchos empleados podrían convertirse en emprendedores dentro de la empresa (es lo que se conoce como intraemprendimiento) si se les brinda la oportunidad y la orientación oportuna.
La manera más efectiva de impulsar una cultura emprendedora y empresarial es crear un entorno donde las personas puedan lanzarse a la innovación. Hace falta empoderar a los empleados y hacer que se sientan automotivados. De este modo, se sentirán seguros para tomar la iniciativa y crear un cambio positivo.
Piensa por un momento en lo que hace un emprendedor: analiza estratégicamente las tendencias del mercado, identifica oportunidades, calcula riesgos, toma decisiones e inspira a otros a seguirle. Ese es el objetivo: crear el entorno en el que el personal lo hará en sus actividades cotidianas.
Para que esto suceda, lo primero es seguir estos puntos clave:
1. Identificar las fortalezas de cada individuo.
2. Dar poder a aquellas personas que han demostrado que están listas para una mayor responsabilidad.
3. Asegurar que la plantilla cuenta con los recursos necesarios.
4. Brindar oportunidades de capacitación y educación para ayudar a las personas a crecer.
5. Recompensar a quienes se esfuerzan por abordar problemas y promover los intereses de la empresa.
Una vez se cuenta con esta base, hay que asegurar una buena comunicación. El primer paso para crear una cultura emprendedora es anunciar que se está abierto a sugerencias y luego recompensar claramente a quienes generan nuevas ideas. Al mismo tiempo, es importante comunicar los valores, esos principios rectores que respaldan cada decisión que toma la empresa.
Suele dar buenos resultados desarrollar un método claro para presentar nuevas ideas y tomar medidas. Algunas empresas hacen esto mediante la creación de un buzón de sugerencias, pero un enfoque más proactivo es solicitar asesoramiento en las reuniones de la empresa y en las conversaciones individuales.
Por último, cabe recordar que la innovación solo es posible si los miembros del equipo saben que no serán penalizados si una idea falla. Fomentar una cultura emprendedora requiere un esfuerzo continuo para impulsar la innovación, la productividad y el éxito.
Apostar por una cultura emprendedora y empresarial es el secreto para desarrollar una ventaja competitiva. Para mantenerla, la clave está en el compromiso, eso es algo que puedes conseguir con las políticas adecuadas. ¿Conoces la retribución flexible?