Cualquier empresario sabe que para dirigir un negocio se necesita mucha determinación y responsabilidad. Sin embargo, también hay otros factores en juego como el control presupuestario. Incluso los emprendedores más motivados no podrían haber tenido éxito si no supieran cómo gestionar sus activos.
El problema es que, por lo general, las empresas de cualquier tamaño están sujetas a fluctuaciones presupuestarias importantes, a veces predecibles y otras no. Por eso se necesita un plan presupuestario claro que sea lo suficientemente flexible como para soportar situaciones críticas y el conocimiento de las mejores prácticas en esta área.
El control presupuestario más efectivo es sistemático, objetivo y… también automático. Minimizar la interacción humana, por ejemplo, en lo que respecta a las notas de gastos; integrar y normalizar todas las facturas de gastos e ingresos y asegurar la alineación del departamento financiero con otras áreas de negocio son mejores prácticas que nunca fallan.
Si aspiras a un control presupuestario a prueba de imprevistos, sería aconsejable que tuvieses en cuenta cuatro principios:
Como decíamos, uno de los puntos clave para un buen control presupuestario es la planificación. Sin embargo, no siempre es posible atar todos los cabos. Las tarjetas de empresa que se usan indiscriminadamente o las notas de gastos que exigen el abono de importes de tickets que exceden las expectativas son problemas habituales. Para solucionarlos y evitar sus consecuencias se puede recurrir a Corporate, una solución práctica y amigable, que permite acceder a un modelo de gestión integral de los gastos profesionales y además fomenta el ahorro al facilitar la recuperación del IVA.