Comunicación formal e informal son igual de necesarias en la empresa. La primera se refiere a la comunicación que se realiza a través de los canales oficiales en la organización. Este tipo de comunicación tiene lugar entre directivos o empleados del mismo nivel o entre superiores y subordinados, y viceversa. Puede ser oral o escrita, pero el registro completo de dicha comunicación se mantiene dentro de la organización.
La comunicación informal se suele utilizar para la comunicación a nivel personal, aunque también se da en el ámbito laboral y dentro del lugar de trabajo. Por lo general, se realiza cara a cara o a través de una llamada telefónica o mensaje. En comparación con la comunicación formal, no tiene ningún reconocimiento oficial y no está respaldada por ningún principio de comunicación específico en la organización. Sin embargo, se dice que es el mejor medio para mantener el ambiente y el clima positivo que hace que todos disfruten el tiempo que pasan juntos en la empresa.
La comunicación formal es un sistema de comunicación que se basa en los canales y sistemas designados oficialmente. En un entorno organizativo, la comunicación formal se describe como el envío y la recepción de documentos oficiales, cartas, memorandos, informes, manuales de políticas o procedimientos, entre otros.
Esta forma de comunicación está respaldada por las estructuras y pautas organizativas autorizadas, que ayudan a garantizar que todos en la organización la entienden. Un ejemplo es la información confidencial, que solo está destinada al receptor, y debe comunicarse en un entorno de comunicación formal.
Entre las principales ventajas de la comunicación formal destacan dos:
Pero, esta forma de comunicarse tiene sus inconvenientes y uno de los principales es que, caso de surgir problemas que necesiten una solución inmediata, requiere de demasiada burocracia, lo que se traduce en tiempo de gestión y en retrasos en la toma de acción.
No obstante, la comunicación formal puede mejorarse, por ejemplo, siguiendo estas recomendaciones:
Estas recomendaciones son simples y fáciles de poner en práctica, pero seguirlas ayuda a mantener el tono correcto en las comunicaciones corporativas, evitar responsabilidades legales y aumentar la productividad.
Se trata de objetivos que no están únicamente limitados a una forma de expresión y que deberían plantearse en lo que respecta a la comunicación formal e informal.
Este tipo de comunicación se basa en las relaciones personales con alguien y, por la misma razón, está libre de todo tipo de formalidades organizativas y reglas corporativas. En comparación con la comunicación formal, la comunicación informal no tiene una clasificación determinada, por lo tanto, por la misma razón, puede adoptar formas muy diferentes.
Una de las principales desventajas de la comunicación informal es que no cuenta con el respaldo de documentos escritos y que, por tanto, no suele ser posible emplear como evidencia o medio de prueba en caso de necesidad.
Por otro lado, la principal ventaja de la comunicación informal es su velocidad y agilidad, que impulsa la de la toma de decisiones.
Comunicación formal e informal se pueden optimizar y, si en líneas precedentes veíamos cómo obtener resultados más en línea con las expectativas en la comunicación formal, esta optimización se puede llevar al terreno de lo personal si:
La diferencia principal entre la comunicación formal e informal es que la comunicación formal siempre está respaldada por canales de comunicación predefinidos, mientras que no hay reglas establecidas para la comunicación informal.
Además de esta distinción, existen otras como los momentos en que se producen una y otra comunicación o la agilidad con que se puede intercambiar los mensajes y su feedback.
Ambos tipos de comunicación son esenciales para las empresas y sus equipos y, por eso, hay que velar por el mantenimiento de las condiciones óptimas para que, en los dos casos, el intercambio de información sea lo más eficaz posible.