Uno de los métodos más eficaces para la gestión y desarrollo del talento dentro de las empresas son los programas de mentoring. Estos permiten que el conocimiento y la sabiduría de los veteranos se transmita a los más jóvenes, creando un entorno de aprendizaje y crecimiento.
El mentoring consiste en crear una relación de ayuda entre un mentor que transmite su experiencia y conocimientos a un alumno, que quiere aprender y desarrollarse.
Los objetivos de este sistema son, entre otros:
Esta práctica, además, ofrece una serie de ventajas para la empresa:
En todo proceso de mentoring encontraremos, como hemos comentado anteriormente, dos figuras: el mentor y el mentee.
La novedad del mentoring es que no consiste en el que mentor habla y el mentee escucha. Es un proceso colaborativo donde la comunicación debe fluir en ambas direcciones.
En la primera reunión de mentoring, el mentor debe escuchar al mentee y entender cuáles son sus expectativas y metas. Después, juntos, deben establecer un programa de trabajo donde detallen qué es lo que van a hacer para conseguir esos objetivos y en cuánto tiempo.
Es en esta parte donde los conocimientos del mentor entran en juego guiando al mentee a lo largo del tiempo y ofreciéndole su apoyo.
Esta práctica suele ser muy motivadora, tanto para el mentor como el mentee. El primero tiene la oportunidad de poner en valor sus conocimientos y el mentee aprende de alguien que ha demostrado su valía dentro de la empresa.
Si quieres probar este sistema dentro de tu empresa, estos son los pasos que debes seguir:
Empieza poco a poco y mide los resultados del programa. Como veíamos al principio, los beneficios del mismo pueden tener un gran impacto en tu negocio.