La desconexión digital es más importante que nunca en una época marcada por la la hiperconexión y la tecnología. Por ello, Edenred, en colaboración con la plataforma de salud Savia, ha llevado a cabo el Estudio de Bienestar y Salud Laboral en España. Este es un informe que ofrece un panorama claro sobre los hábitos digitales de los trabajadores españoles, su impacto en la salud y el equilibrio entre la vida personal y laboral.
La desconexión digital se refiere al derecho de las personas a desconectar de las tareas y comunicaciones laborales fuera del horario de trabajo. No se trata simplemente de apagar dispositivos electrónicos, sino de establecer límites claros para proteger el tiempo de descanso, promover el bienestar emocional y mantener un equilibrio saludable entre la vida profesional y personal.
En la actualidad, este concepto ha cobrado mayor relevancia, especialmente en contextos de teletrabajo, donde las fronteras entre lo laboral y lo particular se han difuminado. La desconexión digital es una práctica clave para preservar la productividad y la calidad de vida a largo plazo.
El informe destaca que la Comunidad de Madrid es la región con el mayor nivel de conexión digital fuera del horario laboral, con un 68,75 % de trabajadores que continúan respondiendo llamadas o mensajes después de su jornada. Le siguen Galicia (67,93 %), Comunidad Valenciana (67,38 %) y Cataluña (67,09 %), todas con cifras elevadas de carga digital. Por otro lado, el País Vasco (46,2 %) y Castilla y León (41,4 %) lideran el ranking de desconexión.
El estudio también profundiza en las diferencias generacionales. Los profesionales que más dificultades tienen para desconectar son los más jóvenes: el 71,4 % de los Millennials (25-34 años) y el 66,7 % de la Generación Z (18-24 años) siguen atendiendo comunicaciones laborales fuera del horario de trabajo. En contraste, los porcentajes disminuyen entre las generaciones mayores, con un 60,9 % en la Generación X (45-54 años) y un 61,9 % en los Baby Boomers más jóvenes (55-60 años).
Adoptar la desconexión digital aporta una serie de ventajas tanto para las personas como para las empresas:
Mejora de la salud mental: reducir la exposición constante a dispositivos disminuye el estrés y la ansiedad.
Mayor calidad en las relaciones personales: fomenta interacciones directas con seres queridos fuera del entorno digital.
Incremento en la productividad: los periodos de descanso permiten a los trabajadores regresar más enfocados a sus actividades.
Prevención del agotamiento laboral: desconectar ayuda a alejarse del síndrome del «burnout».
Fomenta una cultura laboral equilibrada: las empresas que promueven la desconexión mejoran la satisfacción y motivación de sus equipos.
La desconexión digital no es solo una necesidad, sino una herramienta clave para cuidar la salud laboral y construir culturas organizativas más sostenibles. El Estudio de Bienestar y Salud Laboral en España, realizado por Edenred y Savia, destaca la importancia de establecer límites para proteger el bienestar emocional y físico de los trabajadores. Ahora más que nunca, gobiernos, empresas e individuos deben trabajar juntos para garantizar un equilibrio que priorice la calidad de vida sin comprometer la productividad.