La Ley General Tributaria define el concepto de base liquidable, una cifra que deberán conocer todos los empresarios y autónomos si quieren estar al corriente de sus obligaciones fiscales con Hacienda.
La base imponible es el monto sobre el que se deberá aplicar el gravamen. Así, su cometido es servir de base para calcular los impuestos. En el caso de una factura corresponde al total de la misma, antes de aplicar retenciones y sin descontar el gravamen correspondiente a los impuestos.
Un ejemplo de base imponible en una factura sería la cantidad del total, a la cual habría que descontar el 21, 10 ó 4% correspondiente al IVA, en función de la categoría y el tipo de tributo que grava el bien o servicio.
La base liquidable es el resultado de deducir el impuesto de la base imponible. Así, en una factura cuyo IVA es del 21 %, si la base imponible fueran 100 euros, la base liquidable serían 82,64 euros.
No solo en el caso de las facturas puede hablarse de estas figuras. La base liquidable también existe a efectos de IRPF y un caso típico sería la reducción a la base imponible que resulta tras descontar la aportación entregada a una organización sin ánimo de lucro, por ejemplo. En la web de la Agencia Tributaria existe una sección especialmente dedicada a la declaración del impuesto sobre la renta, donde se publica una completa información acerca de la base liquidable. Este apartado de la página oficial de Hacienda puede consultarse aquí.
Hay que tener en cuenta que a la base imponible se le pueden aplicar tanto reducciones, como deducciones, que no son lo mismo. En concreto, las primeras se encargan de reducirla en función del coste asociado a los ingresos percibidos; mientras que las segundas, las deducciones, tienen que ver con determinados conceptos asociados a beneficios fiscales.
Para poder calcular correctamente la base liquidable, en todo caso, es preciso conocer la base imponible. Además, también es preciso saber cuáles son los gravámenes o reducciones que le serían de aplicación.
Volviendo al ejemplo de líneas anteriores, la forma de calcularla sería la siguiente:
También podría suceder que, además de descontar el IVA, a esta factura haya que aplicar la retención de IRPF. En este caso, los cálculos quedarían así:
Puede darse el caso de que la cifra de la base liquidable y la de la base imponible coincidan. Esto sucede cuando no existen tributos a descontar ni reducciones a aplicar y, por lo tanto, no es sinónimo de error en las cuentas.