¡Enhorabuena! Has sido ascendido o contratado para una posición de responsabilidad (jefe, manager…) por primera vez en toda tu carrera. Es un paso importante y debes estar muy orgulloso. Sin embargo, has de ser consciente de que este nuevo puesto trae consigo una serie de retos para los que debes estar preparado.
Para conseguir tus objetivos y ser un buen jefe o líder carismático precisas de una serie de capacidades que, por desgracia, no se aprenden en la navidad. Sin embargo, con el tiempo, irás adquiriendo experiencia y los errores te ayudarán a aprender una nuevas lecciones.
Y como lo mejor es estar prevenido, te contamos cuáles son los retos a los que te enfrentarás siendo jefe.
Dicen que la cima es un lugar frío y solitario. Y es cierto que, en el momento en el que seas el jefe, ya no estarás trabajando del mismo modo junto al equipo. Tu papel será más estratégico, de toma de decisiones, organización… y eso sólo depende de ti.
Deberás trabajar para luchar contra la soledad y conseguir que tu equipo, a pesar de ser el líder, te vea como uno más. De lo contrario, olvídate de recibir una invitación para las barbacoas de fin de semana o las copas después del trabajo.
Hacer que el equipo te respete y que crea en ti no será tarea fácil. Ganarte su confianza será cuestión de tiempo, perseverancia y de demostrar que te preocupas por las personas que tienes a tu alrededor.
Una de las mejores formas de acercarte a tu equipo es la comunicación. Crea un espacio de diálogo abierto en el que cada persona pueda dar su opinión y hacer propuestas. Pregúntales con frecuencia qué mejorarían, pide feedback…
No sólo estarás demostrando que te preocupa su opinión y que les tienes en buena estima; sino que además eres una persona humilde a la que le preocupa mejorar día a día.
A veces tendrás que tomar decisiones difíciles que puedan afectar de manera negativa a tu equipo. Será aún más duro si son personas con las que mantienes una relación de amistad. Sin embargo, forma parte de tu trabajo y es tu responsabilidad.
Reflexiona y, tras meditarlo lo suficiente, toma la decisión que consideres siendo honesto y lo más justo posible. Ser sincero con tu equipo y explicar tus motivos será de gran ayuda.
Tú debes ser el espejo en el que tu equipo se mire, pero a veces esto no es fácil. Mantener una conducta impecable y unos valores intachables a lo largo del tiempo, y contentar a todo el mundo, puede ser complicado. Sin embargo, debes mantener alto tu nivel de exigencia e intentar ser siempre un ejemplo para tu equipo.
Y cuando cometas un error, porque seguro que alguno habrá, reconócelo abiertamente y pide perdón. Tu equipo lo agradecerá y todos aprenderéis para el futuro.
Tienes, como ves, una gran tarea entre tus manos. Ser un buen líder te exigirá sacar lo mejor de ti mismo y mejorar cada día. Pide feedback a tus compañeros, busca el consejo de alguien con más experiencia que tú o devora libros al respecto. Todo ello te ayudará a mejorar y a convertirte en el jefe que te gustaría tener.